La Sonrisa de los Niños

Nuestro trabajo en BiblioWorks tiene diversos matices, a veces tristes y muchas veces alegres, pero siempre nos acompaña la sonrisa de los niños que ilumina todo nuestro quehacer, voy a redactarles una actividad realizada en la Biblioteca Municipal de Yamparáez el jueves 22 de abril de 2010, festejamos el día del libro y los tres años de la Fundación de la Biblioteca.

Jueves por la mañana, nos encontramos en la Unidad Educativa “Eduardo Sempértegui”, hay un ambiente de fiesta, son las nueve y estamos preparando todo el material para la iniciación del concurso, todos los paneles, premios, invitados, amplificación, mesas, sillas, el programa, pensando en los últimos detalles para que todo salga a la perfección, para no cometer ninguna falla, para que los niños puedan pasarla bien y no dejen de disfrutar ni un segundo de la lectura.

Son las 10, nos dirigimos con los jurados calificadores a cada estante,  empezamos con los más pequeños, los niños del nivel inicial, que niños más despiertos y hábiles para redactar mediante títeres la importancia de la lectura, también nos muestran sus libros que ellos mismos han elaborado con la supervisión de su docente. Los niños de primaria no se quedan atrás  y con una sonrisa de oreja a oreja, acompañada de nervios y cierta inseguridad nos explican cada uno de sus estantes, vemos muchos dibujos, letras, mensajes sobre la importancia de la lectura, y sobre su amigo, el libro, cuadros grandes llenos de colores más grandes que ellos,  todos son muy bonitos e interesantes, pero lastimosamente debemos elegir a tres ganadores.

Todo va bien, por dentro me siento nueva, estoy en un mundo que me encanta, es el mundo que me regalan los niños, un mundo donde no existe el dolor, ni las malas intenciones, tan solo hay imaginación, lectura, inocencia, sonrisas y el aire que se respira te permite ser la niña inocente que un día fuiste.

Es la una de la tarde, el estomaguito de los niños y el mío también empieza a hacer ruido y se mezcla con la sonrisa de los niños, debemos apurarnos, tenemos hambre, si, ya tenemos a los ganadores, entregamos los vistosos premios, muy contentos sin poder llevar en sus manitas pequeñitas los niños trasladan a sus cursos el fruto de su esfuerzo.

Nadie quiere que se acaben los concursos pues a todos nos encanta vivir en el mundo que juntos creamos…pero finalmente debemos volver a Sucre…todos con una sonrisa en los labios nos despiden, hasta una nueva oportunidad. Después de tantos abrazos, besos y mimitos tengo ganas de volver a ver a mis niños…pues son especiales, son mágicos!!!

Maritza Valdez, Abril de 2010

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